miércoles, 9 de noviembre de 2011

Día cuarto: Preguntas al aire





Me detengo un momento, no sé si para recobrar el aliento o para reparar en lo que me envuelve.

He viajado durante mucho tiempo sin descanso, sin mirar atrás, sin pararme a pensar en nada, ni siquiera en lo que tenía delante o en lo que dejaba detrás. ¿Por qué? Una pregunta que es difícil contestar. ¿Por qué? Es una palabra, solo una palabra pero que implica tanto….

El porqué resuena en mis oídos a cada momento. Preguntamos el porqué de las cosas casi desde que nacemos, pero cuando intentamos preguntarnos a nosotros mismos, la cosa cambia. ¿Por qué?

Me gustaría verlo todo con los ojos de un niño que descubre a cada momento una cosa nueva, que lo mira todo por primera vez….. ¿por qué no? ¿Por qué ese miedo a admitir que no sabemos, que no conocemos?

Mentor me mira, sabe  lo que pasa por mi cabeza, lo que encierran mis más secretos pensamientos. No hay necesidad de hablar. Muchas veces, pasamos largas horas conversando, dándole vuelta a la realidad, o tal vez a nosotros mismos.
Su silencio me reconforta, a veces las palabras son innecesarias.... Vivimos en un mundo en el que estamos rodeados de información, de un sinfin de medios de comunicación, en el que un sms, un mensaje de facebook o twitter va más rápido que nuestro propio pensamiento y no siento que el entendimiento impere nuestras vidas..... Todo es público, pero está más oculto que nunca.......... qué contradicción. El ser humano es una eterna contradicción; por eso en ocasiones ansío volver a la niñez, aunque solo por ese eterno descubrimiento del mundo, cuando la inocencia y la curiosidad hacen que sean las mejores armas contra la ignorancia. Se nos equipa de inteligencia, pero no se nos dice cómo utlizarla........... Mentor piensa que en ocasiones el pesimismo me domina y me toma de la mano, es hora de salir al mundo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Día tercero: Día de difuntos

        En un día como hoy los recuerdos se agolpan, martillean mi cerebro con tal fuerza, que apenas puedo respirar. ¿Cómo no dejarse llevar por la desazón y la tristeza?. ¿Cómo reprimir nuestra memoria, plagada de vivencias vividas?.
        Hoy, sin pensar mucho en ello, me dirijo a ese lugar en el que no suelo pensar; en ese lugar creado para ellos para los que no están entre nosotros y una pregunta, supongo que hecha por otros muchos resuena en mis oídos, ¿es necesario para recordar?.
        La gente camina por estas peculiares calles, en un barrio en que solo en ciertos momentos se oyen murmullos, ruidos, voces....
        Todo se engalana, se embellece para sus moradores, como si fuera una fiesta.... puede ser que de alguna manera sea así, que sea el único día en el que sean libres de sus cargas y puedan salir a descubrir lo que aún no hayan hecho..... Pero veo que estoy divagando otra vez más....
Mentor me ha acompañado en este camino, alejándose cada vez que yo me detenía.... mi fiel amigo.... él mejor que nadie sabe lo que estar aquí significa para mi.....conoce mis más íntimos pensamientos, mi profundo dolor....muchas veces me ha hecho reflexionar sobre lo qué es la vida y sobre lo que debería ser...
        La vida es un largo viaje en el que vamos acumulando una cantidad ingente de equipaje y en el que somos acompañados por viajeros, hombres y mujeres, que dejan su improta en nosotros, una huella tan profunda que cuando no están a nuestro lado sentimos un dolor tan intenso, que pareciera que nuestra existencia va a abandonar este mundo y quizás lo deseemos, ....¿Por qué no es más fácil pensar que su paso por nuestra vida en la única forma de hacerlos inmortales?. Lo hacemos cada vez que los recordamos, que sus dichos, risas, llantos llegan a nosotros para decirnos estamos aquí......
Mentor se acerca, posa su mano sobre mi hombro y comprendo que el momento ha llegado......